Crime Sorciere

[Thiago Rocciola]

El sonido de las monedas de aquel saquito fue lo que me despertó. Quizás no eso, si no el tono del tipo aquel, pese a su sonrisa la cual no pasó inadvertida para mi. Aunque mi respuesta fue alzar la ceja derecha. Es cierto que ni está Derrick, ni tampoco Novak, pero confían en mi como para dejarme aquí solo y hacer cosas sin que todo termine ardiendo.
- No aceptamos encargos sin saber antes de qué se trata. Cuando lo sepa, ya te avisaré de si es suficiente o no -- tampoco es que esté siendo muy amable. En su tono de voz algo me hace no querer quedarme por detrás - Así que si no le importa, una breve explicación estaría bien para comenzar señor... - no termino la frase para poder llamarle de alguna manera. Sea por su nombre o por el apellido.

[Conall Bellamy]

Tras escuchar sus palabras de sopor, posó su dedo índice en la dura madera y comenzó a dar pequeños golpecitos, para luego suspirar. Era un soso, al parecer. Pues no podía hacer mucho al respecto, y ahora había pasado de un extremo emocional, a otro.

- No se preocupe, se lo puedo explicar. - Contestó, hasta sonando ofendido, y con cierto retintín en sus palabras. - Soy Bellamy. Conall para los amigos así que me puedes llamar Sr. Bellamy . - Hizo una breve pausa para que asimilara lo que acababa de decir. ¿Lo pillaría? A lo mejor no, porque le parecía bastante cortito. - Han desaparecido varios huevos de dragón en la reserva de dragones que conozco, y algunos, si no fallan mis calculos, eclosionaron hace horas y temo por la vida de esas criaturas. ¿Le parece suficiente o quiere algún dato de más? Si quiere se lo escribo, por si no lo has entendido.

Alzó una ceja, esperando que aquel muchacho estúpido entendiese de lo que estaba hablando y que llegase a sus sentidos lo alterado que le ponía la situación que estaba viviendo.

[Thiago Rocciola]

- Muy bien señor - ni Bellamy siquiera le voy a decir. Paso. Aquí estoy por trabajo. Ya me escaqueé la vez anterior de atender gente así, no siempre tendré esa suerte. Hago un gesto muy contenido por no poner los ojos en blanco y pasarme la mano por la cara y soltarle una frase mucho más ingeniosa, aunque si que le aviso - Estoy trabajando y muchas cosas de las que me encantaría decirte me las guardaré, pero no te quepa duda de que no me llevaría ni siquiera un día dar con tus huevos extraviados, sean de lo que sean... Dragones ¿no? - le sonrío ahora yo con suficiencia. Sonreir puedo, de hecho siempre me dicen que lo haga o esté serio.

- Como deposito inicial está bien. Si no te parece mal, tengo que hacerte las preguntas rutinarias ¿Algún empleado descontento? ¿Enemigos? ¿Ex parejas? ¿Amenazas? - seguro que con ese carácter era fácil por lo menos tener uno de cada. Empiezo a entender algunas de las cosas que me decían como prefecto ahora mismo.

[Conall Bellamy]

No quiso emitir ninguna emoción ni plasmarla en su rostro para que el contrario lo pudiese ver. No sabía como lo estaba haciendo pero le chocaba su cara, mucho. Le encantaría chocarla contra una pared, por ejemplo. Pero mejor guardar esos comentarios en su cabeza, porque no era plan. Necesitaba ayuda con lo que estaba ocurriendo.

- Parece que ahora nos vamos entendiendo, desconocido. - Le comentó, ya contento, viendo que se animaba y le preguntaba por el caso, que era lo que buscaba: Un poco de empatía. Ya que estaba gastando su sueldo en ello, pues que menos que una persona se muestre más interesada, ¿no? - Si, dragones. Y por eso es muy peligroso. No me los han robado a mi exactamente, han desaparecido. Se esfumaron. Plum. En la reserva. ¿Entiendes? - Explicó con torpeza, gesticulando con las manos bastante brusco.

Suspiró y ordenó las palabras, para poder hablar mejor.

- El caso es que creo que han sido cazadores furtivos que han aprovechado la escasez de trabajadores que hay últimamente. - Respondió al fin, a la pregunta más interesante que le hizo. Si Audrey estuviera allí temblarían aquellos bandidos.

[Thiago Rocciola]

Asintió y no desvio la vista del cliente. Esta vez con mi actitud desafiante porque ahora que estamos a un nivel que es más directo que andarnos por las ramas, aunque me haga ganarme enemigos o mala reputación por lo menos es prñactico. Bellamy me da la información necesaria.
- Entiendo. Sois pocos, tenéis unas defensas deficientes - con énfasis en esa última palabra - y por eso no es solo uno, si no varios... Es un problema serio. Así que yo me ocuparé directamente. Soy buen rastreador - le digo sin querer una medalla por ello. Es la verdad. Pensar a lo mejor no es mi fuerte -- Thiago. Llámame así - no le doy opción a otra cosa. Somos pocos aquí, pero nadie entra a robarnos documentos pese a que algunos incriminan de cosas bastante feas a gente cercana. No somos aurores, así que eso tampoco es nuestro problema.

- Ten... Rellena solo tu nombre y firma. Es un acuerdo de confidencialidad. Si vemos algo que no debamos o ilegal, no diremos nada y del mismo modo, tu tampoco de los métodos que use... - explico de manera más o menos sutil. Lo cual quiere decir que cuando de con uno de los furtivos le daré una paliza hasta que hable o seguir el rastro de sus compañeros y dejarles a todos para el arrastre - ¿y los dragones adultos? Quiero decir, no han atacado a los furtivos. Si hay algo de ellos aunque sea poco en al zona será pan comido - le animo a que piense un poco. Así por lo menos le trabajarán un poco la mente y no solo la mala actitud que trae de primeras - Además, es la misma reserva en la que trabaja la novia de un buen amigo. No dejaré cabos sueltos

[Conall Bellamy]

Puso mala cara cuando el menor, o al menos lo parecía, recalcó que tenían unas escasas defensas. Tenía razón, pero lo había dicho con tanta brusquedad que el galés se tuvo que morder la lengua, más que nada porque necesitaba sus servicios. Aunque a lo mejor le deja caer alguna, por ser tan atractivo.

- Bueno, tienes razón, tenemos unas defensas deficientes... Pero tu simpatía tampoco se queda atrás. Piago. - Sí, lo hacía queriendo.

Cogió el formulario, echando un bufido y empezó a rellenarlo mientras le contestaba. Sorpresa, sabe hacer dos cosas a la vez, no como el tonto este.

- Cuando son especímenes raros o de raza mestiza los solemos separar de sus madres ya que no aún no entendemos el comportamiento que tienen con sus huevos. Eso es lo que se dedica mi estudio, Piago. ¿Te parece interesante? - Cuando le preguntó, alzó la cabeza, dedicándole una sonrisa y dejando la pluma con un sonoro golpe en la madera. No lo hizo con fuerza, pero dejándose notar que estaba perdiendo un poquito la paciencia.

[Thiago Rocciola]

Me estaba buscando las cosquillas y lo que no sabe es que yo me río con mis amigos y muerdo a los que no me caen demasiado bien. Encima tampoco aparta la mirada ¿esto es un reto para él? Si se dedica a las criaturas tendría que saber que mantener la mirada de aquel bicho peligroso que se topa con él es como desafiarle.
- Ya, no me pagan por simpático. Me pagan por ser bueno en mi trabajo... Yo no pierdo cosas: las encuentro - cojo los papeles de la mesa y los observo con antención sonriendo - Bonita letra, para ser de un chico... ¿practicas caligrafía en tus ratos libres? - digo guardando aquellos papeles en el primer cajón y asegurándome de cerrarlo de nuevo con magia. Así solo lo podemos abrir los que trabajamos allí.

Me paso la mano por detrás de la cabeza cuando me formula aquella pregunta.
- He tenido profesores bastante centrados en dragones, aunque tampoco me han enseñado gran cosa... . Seguramente te haga alguna pregunta más... Sería lo mejor que vayamos juntos. Tranquilo, no dejaré que te hagan ni un rasguño. Estarás bien - le aseguro - ¿tienes que pedir permiso a tu jefe? Si es así, puedo esperar - ahora es mi turno para ser quien ponga en duda si tiene autoridad o no - Vas a meter a un desconocido en las instalaciones. Por eso lo digo

[Conall Bellamy]

No hacía falta que lo jurase. Se apoyó en la madera, obteniendo más cercanía con él. No conocía para nada a Bellamy y este era una bomba de relojería. No sabías cuando podía explotar o cuando seguiría contando hacia atrás.

- Cuando no miras escribo cartas de amor y poemas, haciendo rimas con tu nombre, Piago. - Le dijo con una sonrisa bastante sarcástica. Esperando que eso le enfureciese un poco. Visto lo visto, parecía que no podía morder tanto ya que estaba en su puesto de trabajo.

La verdad es que si le interesó lo que dijo acerca de sus profesores de Hogwarts. Me sabía el cuento: Demasiada criatura vista y poco cuidado enseñado. Un error de principiantes, vaya.

- Sí, puedes venir cuando quieras. Nos saltaremos las reglas ya que si no vengo yo, seguramente no se buscase una solución por miedo, ¿no crees? - Opinó en voz alta. - Puedes preguntarme lo que quieras, incluso donde vivo, Piago. Si vas a venir a verme puedes traerte una botella de vino y charlamos sobre dragones, que veo que te hace falta.

Sí, le estaba vacilando de nuevo. Nunca se cansaría de esto.

[Thiago Rocciola]

Tengo que apretar los dientes sin apartarme de él, con una sonrisa tan forzada e irónica que seguro mis molares deben estar pasandolo mal. Si estuviera fuera de aquí las cosas terminarían de otro modo. No se las daría de tan listillo conmigo.
- Entiendo... Eres más de esos que suspiran con la caida de las hojas en otoño. Yo es que soy más de acción, pero oye, si te gusta hacer rimas me parece una afición muy... muy... eso - no le pienso decir qué me parece de verdad porque ahí está la gracia. Que se dedique a lo que sea, ahora mismo lo que hace es tocarme las pelotas con intensidad.

- ¿En serio? Muchas gracias Bellamy. Seguro que será un gran placer tener una conversación contigo tan amena como esta. Ahora mismo saco mi agenda y te apunto con un corazoncito. No, mejor te la dejo a ti que tienes mejor letra - finjo pasarle una agenda inexistente - Volviendo al trabajo y no es una excusa. Lo que se de dragones es dividirlos en partes, sus nombres más o menos, aunque los recuerdo mejor que tu el mío ... Si te pregunto algo, será por terminar antes. Algo que los dos queremos - me acerco más a él casi quedando a un palmo de distancia - Si me dejas pasar me pongo la cazadora y nos vamos - pues, no huele nada mal para trabajar con animales.

[Conall Bellamy]

Se rió por primera vez. Pero haciendo notar que era una risa más falsa que un billete de tres galeones. Que él también sabe actuar, que sabe hacer muchas cosas, vaya.

- Grandes guerras se han vencido con pequeños versos. Parece que eso no te lo han enseñado en la escuela, ¿verdad? - Le dijo, ironizando con la situación. - A lo mejor te puedo dar una sorpresa con lo versátil que puedo ser. - Y le guiñó un ojo.

Suspiró al ver que se estaba tomando todo a la defensiva. Se llevó la mano al pelo y se lo echó hacia atrás, sin saber muy bien como se iba a tomar su jefe lo de llevar un extraño a la reserva. Mejor... Que no se entere.

- Puedes preguntarme lo que quieras, solo quiero que se haga rápido y pronto ya que peligra mi... Integridad. - Por no decir el puesto de la Montgomery. - Pero no te preocupes, no me hace falta apuntarlo en tu agenda, si tuvieras dos dedos de frente te acordarás de mi el resto de tu vida.

Y dicho esto, se apartó y salieron del local. ¿Tenso? No, lo siguiente.